En el siguiente blog de Delight te enseñaremos a cómo realizar un buen lavado de raíces, de manera que puedas obtener flores más suaves y de mejor sabor al momento de consumirlas.

Mucho se habla del lavado de raíces. ¿Es necesario? ¿muy complejo? La verdad es que realizar este sencillo proceso en la etapa de floración puede ser determinante en el momento de la cosecha. ¿El resultado? Cogollos que cautivarán tu paladar con su exquisito sabor y suavidad.

Puedes obtener gran cantidad de variedades de fertilizantes, sustratos, etc. Y al momento de probar esos cogollos que tanto esperaste ¡Sorpresa! La tos te invade y provoca un sabor amargo y desagradable. 

Aquello es porque te saltaste un paso imprescindible y que solo requiere de dos componentes esenciales: Agua y tiempo. Si bien, el lavado de raíces es sencillo de realizar, escoger el momento adecuado es crucial para obtener un buen producto.

Por ello, en Delight te enseñamos cómo hay que realizarlo. Aunque antes, una rápida explicación:

¿Qué es el lavado de raíces?

Es la acción de lavar las raíces de tu planta de marihuana, con el fin de eliminar el exceso de nutrientes o minerales provenientes de los sustratos, fertilizantes, etc.

Cualquier tipo de residuo que cause que el cogollo sea amargo y provoque incomodidad en la garganta, será eliminado. Esto a medida que se drene la tierra de los cultivos, quitando sales (o nutrientes). Lo que marcará un antes y un después en tu cosecha.

Ahora bien, ¿dejar de fertilizar mata la cosecha? Absolutamente no. Es más, con el lavado de raíces y la eliminación de nutrientes obliga a la planta a alimentarse de los nutrientes almacenados en las hojas. 

Con esto también conseguimos que no quede rastro de materia vegetal en el cultivo, consiguiendo flores más suaves y de mejor sabor. 

¿Cuándo y cómo se hace el lavado de raíces?

El lavado se realiza dos semanas antes de la cosecha, específicamente durante el proceso de floración. 

Aunque es preferible y más seguro observar los tricomas. Cuando estos pasan de ser transparente a tornarse oscuros, tu planta está lista para ser lavada.

Para realizar el lavado de raíces solo necesitas agua corriente, ya que esta mantiene un nivel de PH saludable para la planta. En cultivos de maceta solo es necesario regar la planta hasta que pueda absorber. 

Luego deja reposar unos minutos la planta y luego vuelve a regar para eliminar los nutrientes. En un inicio el agua saldrá limpia por el fondo de la maceta. Después de un rato esta se tornará café. 

Sigue repitiendo este proceso hasta que el agua salga más clara y limpia.

En otros lugares encontrarás que hay que usar el doble o triple del volumen de la maceta. Es decir, si tu maceta es de 7 litros, deberás utilizar 21 litros de agua en total. La realidad es que, solo guíate por el color del agua saliente. 

Resultado final

Como ya mencionamos anteriormente, el resultado serán cogollos con aromas intensos, sabores variados, pero lo más importante, suaves.

No creerás la diferencia que genera a tus flores un simple lavado de raíces.

Casos especiales

Si bien el lavado de raíces es una ventaja en la floración, existen otras situaciones en las que será esencial eliminar nutrientes.

En la fase de crecimiento puede suceder que el exceso de minerales puede provocar una sobrefertilización de la planta. Esto se ve cuando las puntas de las hojas comienzan cambiar de color, generalmente amarillas y se resecan. Aquello se llama “quemado por nutrición”.

Si por error o descuido se produce esta situación ¡tranquilo! Un lavado de raíces es la solución. Aunque asegúrate que el problema es el exceso de nutrientes. No queremos ahogar a la planta y descubrir que aquello no era la causa.

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